Debo haber tenido tal vez entre siete y ocho años. Recuerdo que en aquellos días era muy común ver por la televisión que había "andinistas perdidos en la cordillera" y que "a esta hora se desarrolla un fuerte operativo aero policial para dar con sus paraderos" -mecánicamente esta última oración era una fórmula también aplicada en algunos casos a la búsqueda y captura de activistas políticos contrarios a la dictadura-.
Tal vez debe ser por éso que a mí siempre las noticias de "andinistas perdidos en la cordillera" me sonaron a "terroristas extraviados"... Es que para mí a esa edad no había diferencia entre andinista y sandinista. "Y si la tele dice que los sandinistas son terroristas, entonces los andinistas deben ser también terroristas, pero mal pronunciados".
Y claro. No dejaba de parecerme un bonito gesto por parte de la policía de mi país que se dieran trabajo de buscarlos y devolverlos a sus familias... De haber siquiera imaginado la verdad.
El Coronel Aureliano Buendía creía que la juventud era una enfermedad que se pasaba con los años.
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