miércoles, noviembre 23, 2005

lunes, noviembre 21, 2005

Elevate, Carlitos, elevate


Valdivia, nunca más... Nunca más la angustia por un hijo que no termina de dar un paseo de fin de semana.

viernes, noviembre 18, 2005

Todos los Derechos (Mal) Reservados


Tuve la oportunidad de tener en mis manos dos libros publicados por la Universidad Austral de Chile. Se trata de las historias y geografías de dos comunidades indígenas de la comuna de Panguipulli. Uno es de Bocatoma (983.5 CATbh 1998) y el otro es de Coihueco (983.5 CATb 1998). Tienen fecha de edición el año 1998 y ambos corresponden a una investigación realizada por un equipo multidisciplinario en la zona, realizado en 1998. Este equipo estuvo compuesto por profesionales docentes de la misma Universidad, apoyados por un grupo de estudiantes de pre-grado. Hasta aquí, todo bien.

La lectura es llana, fácil de seguir. Es más, incita a querer saber más de estas comunidades y de sus gentes. Deja varios temas flotando en el aire. Pero no quiero hacer sobre ellos un análisis de estilo o nada que se le parezca. Mi tema es otro.

Hay en estos libros algo que me parece particularmente violento. En las primeras páginas es posible leer la nómina de participantes y colaboradores que este proyecto de investigación tuvo, se lee con facilidad las competencias y responsabilidades que a cada uno de ellos le cupo. Y resulta que han reservado los derechos de autor de la obra. Yo creo sinceramente que no se dan cuenta de qué es lo que han hecho.

Ahora resulta que esas historias locales y esas referencias geográficas no les pertenecen a las personas que viven allí. Nada de eso. Ahora son patrimonio privado de quien inscribió el derecho de autor. Entonces las comunidades no debieran poder en adelante disponer de su patrimonio, sin antes pedir permiso a quien ha inscrito derechos sobre lo que ellos mismos permitieron que se grabara o que se capturara a través de una cámara fotográfica.

Puede ser que quien ha inscrito los derechos de autor hubiese tenido las mejores intenciones. En cuyo caso, su acción de seguro no tendría mayor perjuicio para las gentes de Llongahue y Coihueco.

Tal vez en su época previó la posibilidad de que el día de mañana la misma Universidad negociara con un gigante corporativo y vendiera esos derechos. Por qué no, si ahí están los muchos ejemplos de lo que la industria farmacéutica le ha hecho al conocimiento en herbolaria de la medicina tradicional. Por qué no, si en mi país la gran mayoría de los derechos de aguas están en manos de grandes empresas. Por qué no, si hasta Microsoft pretende adueñarse de las lenguas originarias al crear interfaces en lenguas nativas.

Y si así fuera, también se estaría cayendo en falta. ¿Quien legitima que una persona se quiera herguir como santo guardian del patrimonio de comunidades humanas vivas? ¿Quien se arroga o quien delega ese derecho? ¿Acaso es mucho pedir que sean las propias comunidades las que informada y soberanamente decidan sobre estas cosas, en vez de que un sector de la academia pretenda sustituir sus voces?

Yo creo que aquello fue un error. Los derechos debieron haber sido reservados en nombre de las propias comunidades, junto con (in) formarlas sobre este feo vicio de la cultura occidental de querer tener delimitada la propiedad hasta del aire que se respira.

sábado, noviembre 12, 2005

11 de noviembre en Panguipulli


Ayer viernes 11 se dio inicio oficial y legalmente al período de campaña por las elecciones presidenciales y parlamentarias. No tengo idea que habrán dicho los medios al respecto. Entre el terreno que realizo en estos días en Panguipulli y el viaje de regreso a mi casa por algunas horas para estar con mi esposa, no he tenido tiempo de revisar las páginas de los medios en Internet –mencioné alguna vez que en mi casa nos hemos negado a comprar un televisor (¿?)-.

En todo caso el lanzamiento de campaña de Piñera -empresario de la compra venta de empresas estatales con tufillo de derecha liberal-, fue en una de las plazas de Panguipulli. Algo de eso vi. Pensé en aprovechar de tomar unas fotos; pensé que a los compas de La SurDA les podían servir en algún momento, pero al final desistí. Estaba demasiado cansado. Venía de vuelta de una larga entrevista y sesión de fotografías en la casa de doña Sonia Rapiman.

Ella no sabe nada de los candidatos. O a lo menos nada dijo, porque nada le pregunté. No era el tema. Ella sabe de la cerámica mapuche. Ella sabe que no son cacharros de greda, son metahues. Ella sabe de las técnicas de los antiguos. Ella sabe de los símbolos y significados que hay detrás de las formas. Ella sabe que es su deber dar también a la tierra tal como ella recibe de ella: por eso hace una pequeña rogativa cada vez que recoge algo de arcilla para preparar greda; por eso es que dentro de su pequeño terreno de menos de una hectárea de extensión hay un circulo cuidadosamente cultivado de árboles nativos; por eso es que para ella cultivar la huerta familiar es parte del trafquin (trueque) que establece con la tierra.

A dos cuadras de distancia distorsionado por el eco y la reverberancia de los parlantes, algo se le escuchó a Piñera decir sobre las pensiones, sobre la clase media y la delincuencia. Todo a costa de aumentar los subsidios del Estado sobre los grandes capitales financieros. A eso ellos le llaman economía de libre mercado.

Mientras caminaba hacia la casa de la Marcela, mientras a cada paso la voz de Piñera se apagaba afortunadamente... Dejé dos reflexiones reposando en la esquina de Freire. Una es sentir que la puesta por la frontera va en serio; agua, energía y recursos madereros a granel para los muñecos del diablo. La segunda es percibir cuanto avanza el proyecto de la derecha en nuestro país.

Mal que mal el territorio de Panguipulli es referencial en la historia de la izquierda chilena. Por el complejo maderero forestal y por la guerrilla del ’81.Y aquí tenemos un signo de la derrota que señalan los surdos. Piñera puede no salir electo, y qué si lo sea, nadie lo priva del placer de evangelizar sobre el futuro esplendor neoliberal en plena plaza de Panguipulli. Total la obra que propone no recaerá en sus manos, sino en las del senador de los megaproyectos, el mismo que no tuvo asco en arruinar el Alto Bio Bio ni tuvo asco en arrojar una planta de celulosa en los patios de la gente humilde de la Provincia de Valdivia. De seguro tampoco tendrá asco en instalar cuatro centrales hidroeléctricas sobre una falla geológica de 1.400 kilómetros de extensión. Flor de candidatos.

miércoles, noviembre 09, 2005

La Frontera

Durante las últimas semanas he tenido la oportunidad de conocer algo mejor la comuna de Panguipulli. Especialmente en lo que dice relación con sus sectores rurales y las dinámicas económicas que en ella se operan. Es cierto que mi llegada a esta zona tiene más bien que ver con un ejercicio de rescate patrimonial –al que dedicaré algunos post más adelante, una vez que haya avanzado algunos tramos en la trascripción de entrevistas y en la sistematización de información-. Por lo pronto no puedes evitar mirar las cosas con el prisma que la autoformación te ha forjado en los últimos años.

Mi amigo Victor habló con certeza cuando hace unos meses atrás nos señalaba alrededor de una mesa que estábamos parados sobre el límite de la depredación de los recursos naturales. Claro que él planteó esa sentencia sobre la base de su lectura crítica del conflicto desatado por el ataque de CELCO hacia la población de la Provincia de Valdivia. Pero es aquí, en Panguipulli, en dónde sus palabras me han hecho más sentido.

Los paisajes de la comuna son imponentes en montañas, en lagos, en ríos y en volcanes. La zona es muy rica todavía en árboles nativos. Claro, es que la topografía es tan accidentada que difícilmente se puede realizar la explotación del nativo de manera rentable. Lo que no quiere decir que no existan empresas forestales funcionando en la zona cordillerana. Tal es el caso de la Neltume Carrananco.

Cuando a diario escuchas sobre la amenaza latente de la escasez del agua en los próximos años, resulta que esta zona es tan rica en el recurso que hasta las vertientes se desbordan por zonas urbanas de reciente construcción, Sí, señor, no es extraño encontrar en las calles más recientes de Panguipulli senderitos de agua cristalina que corren calles abajo; y si bien se ha canalizado a la hora de construir los barrios, la generosidad del agua es tanta que desborda y supera esas obras –amén del hecho de que es muy probable de que la canalización se haya hecho economizando recursos, práctica habitual en la historia de la construcción de obras de ingeniería en nuestro Chile querido-.

Y si de proyectos de ingeniería custionables se trata ahí está el proyecto de Endesa de levantar cuatro represas en esta zona. ¡Cuatro represas! Precisamente con espanto me decía hoy un doctor muy conocido de esta comuna: “linda manera se les ha ocurrido a estos de inaugurar la Nueva Región de Los Ríos, con cuatro represas; en dónde tienen la cabeza?”.

Ya lo decía hace unas semanas atrás, aquello de que hay aquí también una rica diversidad de oficios artesanales con un sello particular. Toda ella con problemas de sobrevida en los meses de invierno.

Todo este panorama explica el que figuras tan poderosas corran a levantar candidaturas a diputados y senadores en la región en este año. Una antropóloga se lo preguntaba ayer a un grupo de dirigentes mapuches a quienes da asistencia técnica en la formulación de un Plan Territorial de Desarrollo: “Piensen ustedes ¿Para qué alguien como Frei quiere ser senador electo si ya es senador designado?”. Nada en sus desempeños históricos permite pensar que vengan a realizar la buena acción del día, que vengan en la idea de solucionar los problemas más sentidos de la población en una perspectiva de desarrollo sustentable y respetuosa de la diversidad cultural existente.

Es claro que los Frei, los Escalona y los Allamand no vienen a otra cosa que no sea servirse de las bondades de esta zona. Ellos vienen a abrir la frontera de la depredación. Ya saciados de los bosques y las aguas que hubo en regiones más al norte, para ellos ha llegado el turno de la X Región de Los Lagos de alimentar el vergonzoso mapa de la extrema riqueza en Chile.

De estas cosas debiéramos ponernos a conversar más a menudo. Y es que si no, la vida se nos va en ello.