A propósito de las elecciones del próximo domingo 11 solo un par de cosas a modo de punteo.
Siento que hay una elección que ha sido poco explorada por los medios y por las personas en general y esa es la parlamentaria. Creo que aquella opción que pase a segunda vuelta y logre mayoría en el congreso casi tendría asegurado su triunfo en enero próximo. Tal vez es por lo mismo que el pacto de gobierno intenta a última hora “asegurar el chancho” en primera vuelta. Por más que todos los sondeos señalan que tendremos segunda vuelta. Y es que en todo caso, es norma aparecer en vísperas de la elección con aires triunfalistas.
Entonces con la misma (o tal vez más) atención con que se siga el resultado de la elección presidencial, aquel domingo 11 debiéramos seguir el conteo de la elección parlamentaria.
Lo segundo es esta hipótesis. Sí da lo mismo el resultado de la segunda vuelta. Los tres gobiernos de la concertación se han encargado de derechizar a tal punto nuestro país –y en esto las fuerzas progresistas y democráticas de Chile hemos sido incapaces de hacer el contrapunto necesario-, que el tema de quien administra es un detalle. Veamos tan solo el avance que la cultura política de la derecha ha logrado en los últimos años en la gran mayoría de los planos de la vida cotidiana de las personas. ¿Cuantas cosas ocurren en nuestros lugares de trabajo o en nuestros centros de estudios sin que aquello pueda ser discutido y sancionado a través de mecanismos democráticos? Y ahora resulta que nos quieren hacer creer que un segundo gobierno socialista hace la diferencia.
Por la estrechez de los porcentajes de votación alcanzados en la segunda vuelta –asumiendo a priori el triunfo de la opción de gobierno-, las condiciones de profundización de la democracia en Chile tanto política (participación) como económica (acceso a bienes y servicios), será tan limitada que será casi como volver a foja cero. No será extraño escuchar a la presidenta de Chile plantear que la incorporación de demandas ciudadanas en la agenda de gobierno se hará “en la medida de lo posible”.
Pasa que esta gente históricamente ha apelado a los procesos eleccionarios para asegurar sus propias condiciones de sobrevida y de acumulación. Y luego resulta que para justificar el no impulsar los cambios comprometidos en época de campaña, argumentan "que la mayoría en el Congreso, que los enclaves de poder de Pinochet"; es decir, terminan por endosar a la ciudadanía la culpa del no-cambio.
No queda de otra sino recuperar la senda perdida. Es decir, volcarse al trabajo directo con las personas y con las organizaciones, tanto de interés como territoriales. Eso nunca debiera dejar de ser nuestra agenda para los próximos años. Parafraseando al sociólogo chileno Carlos Ruiz, solo con la capacidad del ser humano para transformar el rumbo de la historia se puede construir la profundización radical de la democracia en Chile. Lo demás, onda la convocatoria de la Concertación al voto útil, solo es volver a prestarse para el chantaje moral en el que hemos estado cautivos todos estos años.
4 comentarios:
cuidaito cuidaito que la surda puede ser traicionara a veces
Hola eduardo: a no aflojar que juntos podemos más, che!!!
Sociate ze pequeño: gracias por la advertencia que sin duda es planteada con la mejor intención y la mayor pre-claridad que las capuchas pueden permitir. Lo tendré en consideración.
Marcos:
Abrás notado la baja votación del pacto que citas. Como ves el candidato se mueve en una lógica -"sería un suicidio político llamar a botar por la opcion de gobierno ya que la gente que vota por nosotros piensa en un proceso de largo aliento", dijo-, y el PC chileno, para variar corre a prestarse para el chantaje al mundo popular.
Ya voté nulo en primera vuelta, mantendré ese voto para la segunda. La tarea es otra.
salu2 cordiales
edo
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